lunes, 21 de septiembre de 2015

PLAN LECTOR

Un Ensayo sobre la Paz

La paz es indispensable para el desarrollo humano. La paz concebida como ausencia de violencia y no de guerra, siendo violencia todo lo que impida al ser humano desarrollar plenamente su potencial físico, mental, espiritual (miedo, hambre, explotación, pobreza, opresión, desinformación, manipulación)
Dado que la guerra comienza en la mente del hombre, es en la mente del hombre, donde la defensa de la paz debe ser construida. La paz requiere adoptar una definición positiva, que acepte y asegure abundancia, comprensión acerca de la necesidades de interdependencia, preferencia por soluciones holísticas y el valor de la compasión o fraternidad. Porque la paz no es un mero rol de las instituciones, sino una responsabilidad de todos los seres humanos, individual y colectivamente.
Estamos pasando por una situación compleja, tanto que muchos de nosotros estamos completamente en guerra con nosotros mismos, con la sociedad y con las naciones. A cada momento hay una guerra en nuestra mente, siempre estamos escogiendo ir en una dirección o en otra. Por lo tanto, cuantas veces haya un dilema debemos buscar en la sabiduría, en el bien común, el camino de la rectitud y por esto es esencial que las actividades educativas apunten a desarrollar a un hombre con valores, responsable y sensible, quien creara una sociedad compasiva.
Promoviendo y enseñando la práctica de la no-violencia reduciremos la violencia que consume nuestras Almas, nuestras casas y nuestra sociedad. Para trabajar por la unidad de nuestro país y el progreso de nuestro gran mundo, dediquémonos a la práctica del humanismo y no permitamos que el odio y la violencia encuentren lugar alguno en nuestros pensamientos, palabras y acciones. Al habernos comprometido solo con el progreso material y bienestar físico hemos descuidado el desarrollo de la paz mental y los aspectos internos de nuestro ser
Somos responsables de reemplazar para el nuevo siglo y el nuevo milenio la cultura pasada de guerra y violencia por una nueva cultura de paz y no-violencia, una cultura de prevención de los conflictos. Necesitamos aproximarnos al nuevo milenio con una visión holística y abierta, para alcanzar un estado de sociedad en la que cada uno de sus miembros viva su vida de acuerdo con una paz aprendida en forma de pensamiento amoroso y rectitud, sistema de valores y modelo de conducta. Es nuestra tarea común de desarrollar formas prácticas que nutran esta cultura e ilustren a cada individuo para que la pueda disfrutar plenamente.
Violencia creciente, corrosión de valores familiares, diseminación del conflicto étnico y religioso, descuido del ambiente natural y vacio interno a pesar de la prosperidad material, han producido ansiedad universal, alienación y fragmentación.
Los esfuerzos para contener estos problemas solo pueden tener éxito a menos que sus causas raizales sean trascendidas por la práctica de los fundamentos espirituales en nuestra vida diaria. El conocimiento de las raíces profundas de la pobreza y la opresión contribuye muy efectivamente a la paz. Así que la pobreza, la enfermedad, la explosión demográfica, la inequidad, la discriminación, la injusticia social, la opresión política, la destrucción del medio ambiente, junto con la guerra y los conflictos armados deben ser nuestro objeto de estudio. No perdamos tiempo participando en juegos de sensiblerías y reuniéndose en espectáculos de paz para ganar el aplauso o el voto de las personas, ya que si no hay una conexión comprometida y un ambiente seguro no podemos movernos adelante hacia un cambio significativo. Una buena educación y un trabajo seguro en la actualidad contribuirían grandemente a nuestra salud física y mental.
El enojo  de los oprimidos y la deshonra del opresor son sentimientos naturales, respuestas genuinas a su degradación compartida.
Porque los países en desarrollo están sufriendo demasiado y este dolor está alcanzando al mundo entero, uno debería preguntarse: ¿Cómo puedo contribuir a construir una sociedad secular justa basada en los principios de soberanía, evitando ser víctima de los mercados y el auto- marginamiento por el aislamiento tecnológico? ¿Cómo parar la carrera armamentista y lograr el desarme de todos? ¿Cómo parar la degradación constante del medio ambiente? ¿Cómo lograr que los intereses desorbitados de los industriales no exterminen los valores humanos? Las respuestas las vamos encontrando al asumir una verdad espiritualidad, que no nos coloque a los ciudadanos del mundo unos contra otros sino que nos impulse a construir conjunta y compasivamente un mundo de paz.
El mundo solo será pacifico cuando las personas del mundo sean pacificas y felices. El cambio tiene que empezar con cada individuo. Si la selva esta marchita  y queremos restaurarla a la vida, debemos regar cada árbol de esa selva. Si queremos paz mundial. Hemos de aprender cómo ser pacíficos nosotros mismos. Solo entonces podremos traer paz al mundo. Antes que todo, no tratemos de cambiar  a la otra persona. Tratemos de cambiarnos a  nosotros mismos. Si alguien está tratando de hacernos miserables, lo logra porque reaccionamos con ello.
Pretendemos producir alteraciones mediante sistemas o una revolución en las ideas o en los valores basada en este o aquel método, olvidando que somos nosotros (vosotros y yo) quienes creamos la sociedad y producimos el orden o la confusión con nuestra manera de vivir. Entones, empecemos por lo que está más próximo, por preocuparnos por nuestra existencia diaria, por nuestros actos, pensamientos y sentimientos de todos los días, los cuales se rebelan en el modo de ganarnos la vida y en nuestra relación con las personas, ideas y creencias.
No es por lo mucho que hacemos, sino por cuanto amor ponemos en lo que hacemos. Aunque no podamos hacer grandes cosas, podemos hacer pequeñas cosas con gran amor. Juntos podremos construir una cadena de amor alrededor del mundo. La influencia de un bello, cooperador y esperanzador carácter es contagiosa y puede cambiar una nación entera. 
Somos influenciados por las personas alrededor de nosotros y por nuestro ambiente, y nosotros a la vez ejercemos influencia en ellas. Si la mayoría de las personas, por ejemplo, están a favor de la violencia, entonces la guerra, el derramamiento de sangre y la destrucción ocurrirán y causaran sufrimiento a muchos. Pero si las personas empiezan a purificar sus mentes, entonces la violencia no puede ocurrir. La raíz del problema subyace en la mente de cada ser humano individual, porque la sociedad está compuesta de individuos. Si cada persona empieza a cambiar, entonces la sociedad cambiara, y la guerra y destrucción se volverán raros eventos.  
Nuestra propia acción mental tiene una influencia en los otros. Si solo generamos negatividad en la mente, esta negatividad tiene un efecto dañino en quienes están en contacto directo con nosotros. Si nosotros llenamos nuestra mente con positivismo, con buenos deseos hacia los otros, ocasionara un efecto de ayuda en los otros. No podemos controlar la acción, el karma de los otros, pero podemos adiestrarnos a nosotros mismos para tener una influencia positiva en quienes están a nuestro alrededor.
Estamos siendo sobresaturados por la cultura de la violencia  que se está exportando a todo el mundo, de tal forma que casi todos estamos influenciados, contaminados por ella; se glorifica la violencia en el cine y la televisión y se continua permanentemente, apoyando e involucrándose directamente en guerras para mejorar o mantener el control de la economía y los intereses particulares a través del mundo. Esto es cierto, pero nosotros como ciudadanos del mundo nos debemos preguntar si vamos a continuar como borregos una inclinación y tradición que son claramente aberrantes o si decidimos cambiarla. La violencia y la civilización no van juntas: o somos violentos o somos civilizados; no podemos ser ambos a la vez.
Año tras año aumentan los gastos en defensa en la mayoría de los países del mundo; de ahí que si nosotros estamos para cambiar esta tendencia, consideremos en serio el concepto de no-violencia como expresión física de compasión; y esto requiere trabajar primero en el desarme interior, liberándonos de todas las emociones negativas que produzcan violencia, y luego proceder al desarme externo.
No-violencia no significa no sumisión o aceptación de cualquier clase de injusticia. Significa encontrar una solución inteligente, pacifica, que resuelva el problema. Enfermedades desesperadas llaman remedios desesperados y la no-violencia, la no-cooperación son la única alternativa para la anarquía, la tiranía o cosas peores. No-violencia es una forma de vida y no simplemente una palabra en nuestras bocas; es la manera de que la violencia no conduzca al mundo. Solo si nosotros cambiamos nuestra propia actitud podremos cambiar el mundo.
El desarme externo también debe ser ejecutado gradualmente, paso a paso. Primero debemos trabajar en la abolición total de las armas nucleares y paulatinamente luego para detener el comercio de armas, el cual hoy en día es altamente practicado por ser muy lucrativo, y luego dirigirnos hacia la desmilitarización.
Por supuesto, continuaran los problemas humanos, pero la forma de resolverlos debe ser a través del dialogo profundo y el amor por la paz, más que por la guerra y el derramamiento de sangre.
Siempre que alguien hace algo malo daña a otros y a la vez el se hace daño a sí mismo. Si nosotros le permitimos hacerlo, le estamos animando a que haga el mal. Luego, debemos usar toda nuestra fuerza para detenerlo, pero solo con buena voluntad, compasión y simpatía para esa persona, ya que si actuamos con odio o rabia, agravaremos la situación. No podemos tener buena voluntad para semejante persona a menos que nuestra mente este tranquila y pacífica, así que apliquémonos a desarrollar paz dentro de nosotros para poder resolver el problema.
Si somos desdichados, confusos, caóticos, en nuestro interior, eso lo proyectamos y causamos caos en el mundo, puesto que la sociedad es el producto de la relación entre vosotros y yo, entre mi mismo y los demás. Luego, si nuestra relación es confusa, egocéntrica, estrecha, limitada, nacionalista, así construimos al mundo a imagen de lo que somos.
En cambio el respeto es un elemento de organización social, de aceptación de la vida, de reconocimiento a la importancia de cada ser y de cada elemento en la armonía universal. El respeto es no-violencia, tolerancia y amor. Recordemos que así como no podemos combatir la oscuridad, no podemos combatir la inconsciencia. En lugar de luchar contra la oscuridad traigamos la luz. En lugar de reaccionar al error, al dolor, observémoslos y miremos a través de ellos, ya que si intentamos combatirlos los polos opuestos se fortalecerán y se encarnaran más profundamente. Al identificarnos con una de las polaridades crearemos un “enemigo” y así seremos arrastrados hacia la inconsciencia. Asegurémonos de que no llevamos resistencia a nuestro interior, ni odio ni negatividad. Amar a nuestros enemigos significa, por supuesto, no tener enemigos. De la atención sostenida y por lo tanto de la aceptación, llega la trasmutación.
Para construir un país hay que construir primero al hombre, al hogar…. Hay que iniciar una educación transformadora…. Primero hagamos de la educación una materia de urgencia global que nos una en una misión y propósito. Es claro que la educación es el pilar de la esperanza, la inclusión y la oportunidad, y necesita de nuestra primerísima atención por encima de todos los demás.
Dado que nuestra educación ha fallado en mejorar el crecimiento económico. En mejorar la calidad de vida en el grueso de nuestra población, en construir una sociedad más igualitaria, justa, fraterna, humanitaria y compasiva que evite el odio, la explotación, el resentimiento y la venganza, nos deberíamos preguntar si nos estamos equivocando con el tipo de ser humano que estamos preparando, o si nos falta fuerza y determinación en lograr la transformación del ser humano, o si será que nuestro disfuncional sistema educativo no ha desarrollado en los estudiantes autoconfianza, creatividad y capacidad de corregir sus deficiencias y de solucionar sus propios problemas, de descubrir su verdadera esencia y misión.        

Pongámonos de acuerdo, antes que todo, en que debe haber una distinción entre una cultura de violencia y una cultura de paz; en que las raíces causales del mal como la codicia, la arrogancia, el odio, la ignorancia, la lujuria, el prejuicio y el egoísmo deben ser identificadas y removidas para que los niños puedan ser criados en una educación de paz en la que los valores espirituales sean enseñados.

ACTIVIDAD

1. CUADRO SINOPTICO SOBRE EL TEMA 12 IDEAS PRICIPALES
2. 10 PREGUNTAS CON RESPUESTAS

HORA 20 10 GRADO

DEBATE A LA ALCALDIA DE BOGOTA

jueves, 10 de septiembre de 2015

Frases Celebres Sobre La Paz - Por el dia internacional de la PAZ

plan de mejora grado 9

Colombia: Cincuenta años de violencia
Garry M. Leech
Red de Información de Las Américas

Introducción

La Violencia y el Frente Nacional

La Proliferación de los Grupos Guerrilleros

Las FARC y el Auge de la Coca

La Proliferación de Organizaciones Paramilitares

Los Estados Unidos de América y los Paramilitares

Los Estados Unidos y la Guerra de las Drogas

Conclusión

Introducción

La guerra civil en Colombia ha estado simbolizada por enormes violaciones de los derechos humanos, en drástico aumento en las últimas dos décadas. Los grupos internacionales pro derechos humanos no se cansan de reiterar que las organizaciones paramilitares ultraderechistas son los máximos responsables de los abusos contra los derechos humanos. Los grupos paramilitares están estrechamente vinculados a las Fuerzas Armadas colombinas en su cruzada no solo contra las guerrillas, sino contra cualquier persona simpatizante de ellas, como por ejemplo, miembros del sector sindical, organizadores agrarios, activistas pro derechos humanos y sectores religiosos. Algunos jefes paramilitares han ido más lejos en su ampliación de los parámetros de lucha contra las guerrillas, incluyendo entre los llamados simpatizantes a drogadictos, alcohólicos, prostitutas, delincuentes menores e indigentes, en su empeño de "limpia" de la sociedad colombiana.
Los esfuerzos [para conseguir la paz]se han visto saboteados por los señores de la "guerra contra las drogas", y por la elite política, económica y militar del país que pretende preservar una "democracia" que ha marginado a gran parte de la población.
La lectura generalizada de los actuales medios de comunicación tiende a ser la de catalogar el conflicto como "la guerra civil de los 35 años," localizando su origen en la formación oficial de diversos grupos guerrilleros a mediados de la década de 1960. Sin embargo, el origen del principal grupo guerrillero del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), data de los antiguos movimientos de autodefensa campesina surgidos entre 1948 y 1958 durante el periodo conocido como La Violencia.

La Violencia y el Frente Nacional

Durante el siglo XIX y principios del XX, la política colombiana ha estado dominada por los partidos Liberal y Conservador, cuya influencia se extendía desde Bogotá hasta prácticamente todos los pueblos del país. Las diferencias ideológicas entre la elite liberal y conservadora reverberaban en toda la sociedad colombiana, a menudo, desatando oleadas de violencia y enfrentamiento entre los Lealistas Liberales y las Facciones Conservadoras, tanto en las elites como en el campesinado.
A finales de la década de 1940 el disidente Liberal Jorge Eliécer Gaitán, proveniente de los movimientos por la reforma agraria y laboral impulsados por Liberales y Comunistas, era el principal candidato presidencial. Pero, el 9  deabril de 1948, Gaitán fue asesinado en Bogotá, desatando el Bogotazo, la revuelta popular de la clase baja liberal que se saldó con una masiva ola de destrucción y saqueo en la capital.
Revueltas campesinas liberales similares surgían simultáneamente por todo el país, dando lugar al enfrentamiento de Liberales y Conservadores rurales entre sí. Reticente a aceptar una rebelión social del campesinado, los dirigentes liberales respaldaron las vías represivas con las que el gobierno Conservador ponía fin a la rebelión para preservar la oligarquía Liberal y Conservadora. No obstante, pese a la sutil alianza entre el partido Liberal y el partido Conservador, dos destacados miembros del partido Liberal fueron asesinados en 1949. Esto daba lugar a la abstinencia del partido Liberal en las elecciones presidenciales de 1950, las cuales habría de ganar, sin oposición, el candidato conservador Laureano Gómez. Aunque la rebelión fuera eficazmente sofocada en Bogotá, se siguieron produciendo esporádicos levantamientos armados por parte del campesinado en las provincias. El presidente Gómez, quien consideraba a los campesinos similares a los Comunistas, respondió a los levantamientos con extrema represión. Muchos de los Liberales en las fuerzas de la policía nacional fueron despedidos y reemplazados por campesinos del distrito conservador Boyacá de Chulavita, cuya extrema brutalidad resultó infame.
A principios de 1950, el régimen de Gómez -- respaldado por la Iglesia, la cual había sido victimizada durante la revuelta, y por los Estados Unidos de América, que observaba el apoyo del Partido Comunista a los campesinos a través de las lentes de la Guerra Fría, -- intensificó la represión al máximo. La caótica violencia dio lugar al enfrentamiento rural entre los sectores Liberales y Conservadores. También dio lugar a luchas entre la oligarquía y los campesinos sin tierra que tendrían como resultado el abandono de sus tierras por parte de los latifundistas para refugiarse en la relativa seguridad de las ciudades.
En 1953 Gómez era derrocado en un golpe militar que llevaría al poder al General Gustavo Rojas Pinilla. Rojas Pinilla enviaba a los militares a recuperar las propiedades abandonadas por los latifundistas en su huida a las ciudades. La respuesta de los campesinos armados fue la llamada a la reforma agraria. En junio de 1953, en un intento de poner fin a La Violencia, Rojas Pinilla concedía una amnistía a todos los campesinos armados, y respondía a su reivindicación de reforma agraria con la creación de la Oficina de Rehabilitación y Asistencia. Aunque, en realidad, esta oficina hiciera bien poco por el problema agrario, sí consiguió, no obstante, suscitar la sospecha en la elite Liberal y Conservadora de que Rojas Pinilla pudiera estar utilizándola para aumentar el apoyo popular. En junio de 1954, Rojas Pinilla ampliaba la amnistía a aquellos reclusos encarcelados por actos de terrorismo en nombre del régimen de Gómez.
Muchos de los Gomezistas excarcelados comenzaron de inmediato a asesinar a campesinos inocentes, obligando a los amnistiados a retomar las armas de nuevo. En 1955 Rojas Pinilla respondía con el lanzamiento de una enorme ofensiva militar contra aquellos campesinos que habían retomado las armas en lo que vendría a denominarse la Guerra de Villarica. Fue en el departamento del Tolima, durante esta ofensiva, donde los movimientos campesinos de autodefensa -- que luego habrían de convertirse las FARC -- se fundaron. Las elites Conservadora y Liberal atribuyeron la responsabilidad del resurgimiento de La Violencia a Rojas Pinilla. En 1957, tras una huelga general y protestas en las calles de la capital, Rojas Pinilla presentaba su renuncia.
Al año siguiente la elite Conservadora y Liberal implementaba un acuerdo de poder compartido denominado Frente Nacional, en virtud del cual ambas partes se alternarían en la presidencia por periodos de cuatro años, distribuyéndose por igual entre las dos formaciones todos los cargos públicos. La formación del Frente Nacional puso fin al concepto típico del siglo XIX de La Violencia: el conflicto entre las distintas facciones de la elite gobernante. Sin embargo, el nuevo gobierno habría de lidiar con los campesinos armados.
Muchos campesinos, en su mayoría Liberales y Comunistas, habían logrado sobrevivir a las ofensivas militares por medio de largas marchas, bajo la protección de los movimientos armados de autodefensa principalmente, a las inhabitadas tierras de los departamentos orientales de Meta y Caquetá. Los campesinos limpiaron la zona de maleza y cultivaron extensas áreas de tierra que declararon "repúblicas independientes", en un intento de liberarse del gobierno nacional, que tan poca confianza inspiraba, dada su "experiencia personal de partidismo social y económico y el doble sistema de valores establecido por las clases dominantes."1

Sin embargo, los campesinos no tardarían en comprobar que la tan desesperadamente necesitada autonomía que habían creído encontrar, no era tal, conforme los grandes latifundistas se propusieron ampliar sus terrenos, reclamando la propiedad de las tierras limpiadas. Es más, el gobierno no tenía la más mínima intención de dejar en paz a los campesinos colonizadores: "Al declarar estas repúblicas como atajos de bandidos Comunistas, el gobierno se hacía con la excusa para lanzar ataques militares contra ellos, condenarlos políticamente, y bloquearlos económicamente... El único resultado posible era la guerra. Una tras otra, las repúblicas cayeron en manos del ejército, y una vez bajo control del gobierno la tierra quedó concentrada en manos de los principales terratenientes."2
Los campesinos, que se vieron forzados a adentrarse en la selva, se dieron cuenta de que la única oportunidad de lograr la justicia social residía en su capacidad para librar una guerra contra el gobierno a nivel nacional. Como consecuencia, los movimientos de autodefensa armados se dispersaron en unidades por varias regiones del país a fin de luchar en diversos frentes, al tiempo que mantenían una estructura de comandancia central. El 20 de julio de 1964, los diversos frentes de los movimientos de autodefensa armados establecían su propio programa de reforma agraria. Dos años después se convertían oficialmente en las FARC."3

La Proliferación de Grupos Guerrilleros

En 1960 el partido político independiente, Alianza Nacional Popular (ANAPO), formado por los seguidores de Rojas Pinilla participaba en las elecciones al congreso. La popularidad de ANAPO fue en aumento a lo largo de los años sesenta, apelando a muchos de los que dejó de lado la Alianza del Frente Nacional. Rojas Pinilla participó como candidato de ANAPO en las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970 y tras liderar inicialmente la campaña era derrotado por un estrecho margen por el candidato del Frente Nacional, Misael Pastrana Borrero. Muchos consideraron que el recuento de los votos había sido fraudulento, lo que daba lugar a la creación del movimiento guerrillero M-19, adoptando la fecha de la elección por nombre, en 1972, por miembros del sector socialista de ANAPO.
El M-19 fue ganando notoriedad tras una serie de resueltos ataques urbanos que incluía la ocupación del Palacio de Justicia en Bogotá en 1985. Este último ataque ocasionó la muerte de más de cien personas, incluidos once jueces de la Corte Suprema, durante los dos días que duró la contienda con el ejército. En 1989 las guerrillas del M-19 decidían deponer las armas a cambio de un indulto total del gobierno. Las antiguas guerrillas decidieron crear un partido político, aunque muchos de ellos no tardarían en ser asesinados a manos de los ultraderechistas escuadrones de la muerte.
El M-19 se creó en respuesta a la política del Frente Nacional de reservar los altos cargos ejecutivos a los miembros de la elite Conservadora y Liberal. Esta "limitada democracia" también creo el caldo de cultivo para otros movimientos guerrilleros en la década de 1960, aunque también hubo otros factores en juego. La Revolución Cubana influyó a muchos radicales en América Latina, convencidos de la teoría del foco del Che Guevara de que la insurrección armada sea la senda revolucionaria a seguir. Asimismo, el respaldo del Partido Comunista Colombiano a las resoluciones aprobadas en el XX Congreso del Partido Comunista Soviético, llamando a la revolución pacífica, condujo a muchos jóvenes colombianos a abandonar el partido para abrazar el modelo cubano.
Estos factores daban origen a la creación del Ejército Popular de Liberación (EPL) en el departamento de Antioquía, a mediados de 1960. Tras la escisión Sovietica-China el EPL adoptó la teoría Maoísta de una "guerra popular continua". Pero en la década de 1980 empezó a distanciarse de la filosofía Maoísta y en agosto de 1990 decidía deponer las armas para participar en el proceso político, si bien una pequeña facción disidente continuó con la lucha armada en la zona norte de Colombia.

El segundo grupo guerrillero del país, de inspiración cubana, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), surgió en 1964 en el departamento de Santander, de la mano de estudiantes universitarios recién retornados de Cuba. El ELN se adhirió estrictamente a los principios del Che en cuanto a la lucha de guerrillas rural y, al contrario que el M-19 y el EPL, hasta la fecha se niega a deponer las armas y a tomar parte en el proceso político. El sociólogo Eduardo Pizarro subraya que: "En los últimos años el ELN ha concentrado su actividad y sus esfuerzos casi exclusivamente en obstaculizar y destruir a la industria petrolera y a minar con éxito los oleoductos del norte del país."4 De hecho, entre 1986 y 1997 el ELN se responsabilizó del bombardeo de 636 oleoductos que generaron pérdidas del orden de 1.5 mil millones de dólares en ingresos no percibidos para la empresa petrolífera estatal Ecopetrol.5
Las FARC son el único grupo guerrillero con raíces campesinas que anteceden en el tiempo tanto al Frente Nacional como a la Revolución Cubana. En cambio, el ELN, el EPL y el M-19 eran todos movimientos liderados por intelectuales urbanos, exponentes típicos de los grupos guerrilleros emergentes en América Latina en la década de 1960: reacciones armadas, de inspiración Cubana, a la coyuntura política y económica interna.

Las FARC y el Auge de la Coca

Las elecciones presidenciales de 1974 pusieron punto final a la Alianza del Frente Nacional ya que los candidatos Liberales y Conservadores participaron por separado. Los dieciséis años de gobierno del Frente Nacional habían logrado reducir el número de muertes -- si se compara con los 200.000 colombianos que perdieron la vida durante la década de La Violencia -- pero resultaron incapaces de atajar el tema de la reforma agraria y el drástico aumento de la pobreza. Durante los años de Frente Nacional el porcentaje de la fuerza laboral del país que vivía en la más absoluta pobreza se duplicó, pasando del 25% al 50.7%. Los datos eran aún peores en lo concerniente a la fuerza laboral rural, donde el índice de pobreza absoluta sufría un incremento del 25.4% al 67.5%."6 A la luz de semejante pobreza, no es de extrañar que cuando empezó el auge de la coca a finales de 1970, la fascinación por los beneficios de la droga diera como resultado una masiva ola de inmigración de desempleados urbanos y campesinos sin tierra hacia las regiones predominantemente controladas por las FARC. las FARC fueron capaces de ofrecer [a estos sectores] servicios sociales y económicos "en sectores de crédito, educación, sanidad, justicia, registro, obras públicas, y programas ecológicos y culturales."7
Los jefes de los cárteles de la droga de Medellín y de Cali empezaron a invertir sus nuevas ganancias en propiedades, principalmente enormes fincas ganaderas, lo que ciertamente los colocaba en las filas del enemigo tradicional de las guerrillas. Los nuevos narco-terratenientes se pusieron de inmediato a organizar sus propias fuerzas paramilitares para combatir a las guerrillas y a diversos otros grupos considerados simpatizantes de las guerrillas.

La Proliferación de Organizaciones Paramilitares

En su guerra contra los narco-terratenientes las guerrillas daban con otra lucrativa fuente de ingresos como complemento a sus impuestos sobre la coca: el secuestro de los narco-terratenientes y sus familiares. Como respuesta a esta estrategia de la guerrilla, 223 traficantes de droga en Cali organizaban el grupo paramilitar llamado Muerte a Secuestradores (MAS) en diciembre de 1981. Durante la siguiente década se crearon cientos de organizaciones paramilitares inspiradas en el modelo del MAS.
La organización internacional pro Derechos Humanos, Human Rights Watch, describe a una de tales organizaciones fundadas por el Batallón Bárbula en Puerto Bocayá, Santander, bajo la dirección del Capitán Oscar de Jesús Echandía: "En 1982, Echandía convocó a una reunión a los lugareños, incluidos los dirigentes de los partidos Conservador y Liberal, hombres de negocios, hacendados, y representantes de la Texas Petroleum Company, tras la cual llegaron a la conclusión de que su objetivo trascendía la mera protección de la población contra las exigencias de la guerrilla. Querían limpiar la zona de "subversivos."8
En consecuencia, tras la reunión, se contrató a hombres a los que se armó para llevar a efecto la "limpieza", con el apoyo logístico del ejército colombiano. La nueva fuerza paramilitar se denominaría MAS, homónimo de la organización de Cali. El acrónimo MAS lo fueron adoptando tantos grupos nuevos que pronto se convirtió en sinónimo de "organización paramilitar".
Dos de los civiles entrenados por el Batallón Bomboná en Puerto Berrío para operaciones de guerra paramilitar eran los hermanos Fidel y Carlos Castaño, cuyo padre había sido secuestrado [y ejecutado] por las FARC. Los hermanos no tardaron en formar su propia fuerza paramilitar a la que denominaron Autodefensa Campesina de Córdoba y Urabá (ACCU), y, "para el final de la década, Fidel Castaño, conocido como 'Rambo,' era ya un alto mando paramilitar así como un influyente traficante de drogas."9
Entretanto, la Unión Patriótica, frente político de las FARC, se fundaba tras una tregua pactada por las FARC y el Presidente Belisario Betancur en enero de 1983. Catorce meses después se firmaban los acuerdos de La Uribe y el sociólogo Ricardo Vargas Meza afirmaba: "Mediante la incorporación de algunas de las reivindicaciones socioeconómicas de las FARC y la consolidación de la tregua, los acuerdos abren la posibilidad de una resolución política del conflicto. La postura de Betancur marcaba un cambio de rumbo radical del que mostrataran sus predecesores, ya que éste reconocía expresamente que La Violencia de la guerrilla era consecuencia de determinadas realidades sociales, admitiendo la relación entre dichas condiciones sociales y las reivindicaciones de los insurgentes."10
Sin embargo, muchos legisladores se opusieron a las iniciativas de Betancur y, con la ayuda del recién elegido presidente Virgilio Barco en 1986, no tardaron en poner punto final a cualquier negociación que pusiera en juego los intereses de la oligarquía. Además de poner fin a la tregua, "el estado desataba la guerra sucia, dirigida principalmente a la Unión Patriótica. Tan sólo durante 1988, cerca de 200 dirigentes de la Unión Patriótica fueron asesinados."11 En total, más de 2,000 miembros de la Unión Patriótica murieron asesinados entre 1985 y 1992.
Las organizaciones paramilitares involucradas en la guerra sucia no sólo estaban aliadas con las Fuerzas Armadas de Colombia sino que eran milicias legales. La Comisión para el Estudio de La Violencia subraya que la Ley 48, aprobada en 1968, "permitía al ejército la organización y el aprovisionamiento de armas a grupos de civiles, grupos a los que se denominaba unidades de "autodefensa", para luchar contra la delincuencia organizada así como contra los grupos armados que operaban en ciertas regiones campesinas."12 Durante la tregua de los acuerdos de La Uribe, cuando las operaciones de contrainsurgencia fueron prohibidas, el Ejército amplió la aplicación de la Ley 48 para crear fuerzas paramilitares que se hicieran cargo de las operaciones de "limpieza" contra la población campesina rural. La utilización de fuerzas paramilitares en la guerra sucia permitió al ejército cierto grado de "negación plausible" en cuanto al abuso de los derechos humanos.
A pesar de la proliferación de paramilitares, las FARC lograban mantener con éxito el control de muchas regiones de las zonas del sur y el este del país. No obstante, en algunas regiones norteñas las fuerzas paramilitares impusieron, mediante el uso del terror, una intensa contrarreforma agraria que provocó el éxodo masivo de poblaciones enteras. Esto permitió a los narco-terratenientes ir expandiendo los lindes de sus tierras, al tiempo que obstaculizaban las bases del apoyo campesino a las guerrillas. Para finales de 1980, los traficantes de drogas se habían convertido en los principales terratenientes del país, y, como resultado, convertían "extensas franjas rurales de Colombia en extensas fincas de pasto para ganado improductivo."13
El 20 de febrero de 1983, el Procurador General hizo públicos los resultados de una investigación ordenada por el Presidente Belisario Betancur sobre la actividad de las organizaciones de MAS en los escuadrones de la muerte. De los 163 individuos implicados según el informe, 59 eran miembros activos de la policía o el ejército. El Padre Javier Giraldo S.J., director ejecutivo del grupo colombiano pro derechos humanos, Congregación de Justicia y Paz, señaló que la reacción de las Fuerzas Armadas y el Ministro de Defensa al informe sugerían que la posibilidad de un golpe militar era inminente. En consecuencia, "La mismísima Fiscalía General adoptó desde ese momento una actitud favorable para con el paramilitarismo, inhibiéndose en su labor de recaudo de pruebas o negándose a la aplicación de cualquier medida sancionadora contra los miembros de MAS."14
Dada la rara ocasión en la que los cargos contra un miembro del MAS o de las Fuerzas Armadas consiguen prosperar y llegar a juicio, los jueces, temiendo por sus vidas, transfieren el caso a un tribunal militar que invariablemente termina por desestimar los cargos. Es esta impunidad la que permite al ejército y a sus grupos paramilitares asociados librar la guerra contra la población campesina del país sin temor a una eventual retribución. Es más, Colombia ha pasado la mayor parte de las dos últimas décadas bajo un "estado de sitio" oficial, durante el cual, el ejército ha gozado de una virtual autonomía en la gestión del conflicto social, mientras el gobierno se centra prácticamente en exclusiva, en asuntos burocráticos y administrativos. En suma, este sistema de gobierno "dual" permite al ejército y a sus aliados paramilitares funcionar sin tener que rendir cuentas a nadie.
Durante la noche del 4 de marzo de 1988, un grupo de hombres armados aniquilaron a 17 trabajadores de la granja La Honduras y a tres trabajadores más de la vecina granja La Negra en la región de Urabá, en el departamento de Antioquía. Todas las víctimas eran miembros del sindicato. La subsiguiente investigación de la matanza reveló que "durante las semanas previas a la masacre el ejército había arrestado a algunas de las eventuales víctimas, les había fotografiado, y había procedido a la detención de otras personas de las que obtenían información por medio de la tortura. Esta información le era después facilitada a los asesinos. Antes de la masacre, los asesinos fueron alojados en el hotel Medellín a cargo del Mayor Luis Becerra Bohórquez, uno de los miembros de la división de inteligencia de la Décima Brigada. Becerra pagaba los gastos con su propia tarjeta del Diners Club."15
En septiembre de 1988, la Jueza Martha Lucia González, quien más tarde se habría de ver forzada a abandonar el país bajo amenazas de muerte, emitía una orden de arresto contra Becerra que jamás habría de llegar a efectuarse, porque, "el oficial no se hallaba disponible puesto que se encontraba en los Estados Unidos de América recibiendo un curso esencial para su ascenso a teniente coronel. "16 Poco después de que sus cargos fueran desestimados, Becerra se vio involucrado en una operación conjunta del ejército con los paramilitares en la masacre de 13 personas más en Riofrío el 5 de octubre de 1993. Tras la matanza de Riofrío Becerra se vio forzado a retirarse por decreto ejecutivo, y pese a la emisión de una nueva orden de arresto contra su persona, hoy es aún un hombre libre.
También se expidió una orden de arresto para el dirigente del grupo paramilitar ACCU, Fidel Castaño, por su participación en las matanzas de La Honduras / La Negra. Castaño nunca llegó a ser arrestado, pese a ser sentenciado en ausencia y condenado a una pena de veinte años de prisión. El dirigente del ACCU también estuvo implicado en cuatro masacres más entre 1988 y 1990 y "el mismo Castaño admite haber tomado parte, en 1990, en la planificación del asesinato del candidato presidencial de la Unión Patriótica (UP), Bernardo Jaramillo."17
Pese a que el ejército está implicado en la creación y en las operaciones de muchas de las organizaciones paramilitares, estas no siempre están bajo su control. Para 1989 los narco-terratenientes no sólo disponían de sus propias fuerzas paramilitares contra las guerrillas y los campesinos rurales, sino que también ampliaban sus objetivos abarcando a representantes del gobierno, especialmente políticos y jueces que se atrevieran a pronunciarse contra las actividades de los narcotraficantes o los escuadrones de la muerte.
El 18 de enero de 1989, dos jueces y diez investigadores que se ocupaban de investigar cierto número de asesinatos por parte de las fuerzas paramilitares, fueron masacrados por los paramilitares. El gobierno ya no podía seguir ignorando las espeluznantes estadísticas: el drástico incremento en el número de asesinatos políticos, de 1.053 en la década de 1970 a 12.859 en la década de 1980, incluidas 108 masacres sólo en 1988.18 Sin embargo, lo más importante desde la perspectiva de la clase política fue el hecho de que, cada vez más, los representantes del gobierno se constituyeran en objetivo de los paramilitares.
Como consecuencia, el presidente Virgilio Barco criticó a las organizaciones paramilitares en un discurso en abril de 1989: "En realidad, la mayoría de sus víctimas no forman parte de las guerrillas. Son hombres, mujeres e incluso niños, que no se han alzado en armas contra las instituciones. Son colombianos pacíficos."19 El 25 de mayo de 1989, el Tribunal Supremo de Colombia dictaminó la inconstitucionalidad de la Ley 48 y al mes siguiente el Presidente Barco emitió el Decreto 1194 en el que se establecía la ilegalidad de cualquier forma de colaboración, participación o creación de grupos de "autodefensa" por parte del ejército o de la población civil.

Sobra decir que la ilegalización de los paramilitares sirvió de poco a la hora de disminuir sus actividades o su afiliación con las fuerzas armadas. El Padre Giraldo describe el testimonio de un informador del ejército y testigo presencial en la masacre de Trujillo acaecida en marzo de 1990, escasamente un año después de la abolición de la Ley 48 y la entrada en vigor del Decreto 1194: "Poco después de la medianoche del 31, un grupo conjunto de miembros del ejército y paramilitares sacaban a rastras de sus hogares a un nutrido grupo de campesinos, para conducirlos a la hacienda de un de reconocido narcotraficante y allí torturarlos brutalmente, antes de desmembrarlos con una sierra mecánica. El comandante del ejército se reservaba para sí mismo la más brutal de las torturas."20
Tras la masacre el informante del ejército huyó y finalmente prestaba testimonio ante representantes de la Fiscalía General. Una vez más los tribunales colombianos mostraban su incapacidad para juzgar a los presuntos responsables de la masacre. El Padre Giraldo y su organización decidieron personarse en el caso, en nombre de las 63 víctimas, ante la Comisión interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos.
Tras dos años de discusiones el gobierno colombiano aceptaba la creación de una comisión extrajudicial compuesta de representantes gubernamentales y no gubernamentales. La recién creada Comisión llegó a la conclusión de que el gobierno era responsable de las operaciones del personal del ejército involucrado en la masacre, estableciendo compensaciones para los familiares de las víctimas. Sin embargo, los responsables de la masacre jamás llegaron a ser castigados, dado que previamente fueron indultados por los tribunales colombianos.21

Los Estados Unidos de América y los Paramilitares

En febrero de 1990, el presidente de los Estados Unidos de América, George Bush, anunció su Iniciativa Andina, la cual consistía en una ayuda económica y militar de 2.2 miles de millones a Colombia, Perú y Bolivia. Dos tercios de la ayuda estaba destinada a cuerpos del ejército y policiales como parte de la estrategia estadounidense americana para la guerra contra las drogas, desde el frente militar, ignorando las raíces económicas (ej. la pobreza) subyacentes en la producción de coca. Es más, a los gobiernos se les impuso la previa aceptación de la ayuda militar para poder acceder a la ayuda económica.22
En respuesta a la "condicionada" Iniciativa Andina, "Ni siquiera el gobierno colombiano de Virgilio Barco mostró reserva alguna a la hora de firmar el acuerdo militar, posibilitando a la Casa Blanca de Bush estrechar sus relaciones con uno de las más brutales fuerzas policiales del hemisferio, quienes, junto con la policía y los ultraderechistas escuadrones de la muerte, habían colaborado estrechamente con el cártel de Medellín durante más de una década."23
La administración de los Estados Unidos de América no sólo se proponía intensificar su guerra contra las drogas, como pretendía hacer creer a la opinión pública, sino que a su vez, se iría involucrando más y más en operaciones contra insurgentes en Colombia. En 1990 los Estados Unidos de América, para asesorar al ejército colombiano en la reorganización de su sistema de inteligencia, creó un grupo de catorce personas que "incluía a representantes del Grupo Militar de la Embajada de los EE.UU., de la Comandancia del sur de EE.UU., de la Agencia de Inteligencia y Defensa, y, de la CIA".24 En mayo de 1991 se completó la reorganización y el Ministro de Defensa Colombiano emitió la Orden 200-05/91.
Según el grupo Human Rights Watch: "Contrariamente a los supuestos objetivos de la estrategia Andina, la Orden 200-05/91 tiene poco, por no decir nada, que ver con la guerra contra las drogas."25 De hecho, no se hace una sola mención a las drogas en las dieciséis páginas de que consta la Orden 200-05/91. En efecto, la Orden formula una estrategia para ayudar al ejército colombiano a deshacerse de las guerrillas.

Una de las consecuencias de la Orden 200-05/91 fue el menoscabo del Decreto 1194 que prohibía tanto a los civiles como a los miembros del ejército la creación, asistencia o participación en grupos de "autodefensa". Según Human Rights Watch, la Orden 200-05/91 llamaba a los militares a la creación de treinta "redes de inteligencia" y a la "instrucción de comandantes y brigadas de división para la selección de candidatos "sean civiles o personal del ejército ya retirado", para reintegrarlo en su sistema de redes."26
Una de esas treinta redes la creaba la marina en Barrancabermeja, situada sobre el río Magdelena en las inmediaciones de la mayor refinería petrolífera de Colombia. Uno de los miembros de la red, Felipe Gómez, quien testificó a cambio de la reducción de su condena, admitió haber organizado varias organizaciones paramilitares para el ejército. También aseguró haber "recibido armas y equipamiento de la marina, en el que se incluía rifles de repetición, rifles M16, rifles Galil, revólveres, pistolas, ametralladoras, granadas de fragmentación, manuales de instrucción militar, y radios bidireccionales de alta frecuencia que servían para la comunicación del ejército con la marina."27
Y es que, no solo va contra la ley que la población civil cuente con este tipo de armamento, sino que, a raíz de una sentencia del Corte Suprema en 1989 que juzga la Ley 48 inconstitucional, es ilegal que el ejército suministre ese tipo de armamento a la población civil. Carlos David López, el administrador de la red de Barrancabermeja, también prestó testimonio ante las autoridades civiles y en su confesión atribuyó a la red la perpretación de 46 asesinatos durante el primer semestre de 1992. Gómez, López, y los demás testigos que prestaron testimonio sobre las actividades de la red de espionaje de Barrancabermeja se hallan desde entonces en "paradero desconocido."
La función de los paramilitares quedó aún más legitimada el 13 de diciembre de 1994, cuando el Presidente Ernesto Samper lanzó un nuevo programa bajo el título de CONVIVIR, mediante el cual se autorizó a la población civil al establecimiento de "cooperativas rurales de seguridad" con la clara intención de crear tropas de inteligencia en sus regiones."28 En suma, CONVIVIR, junto con la Orden 200-05/91, sirvió tan solo para volver a legalizar las organizaciones paramilitares.
La reorganización de la red de inteligencia de las Fuerzas Armadas de Colombia es tan sólo un aspecto de la implicación de EE.UU. en la campaña militar de Colombia contra la insurgencia. Las organizaciones pro derechos humanos sostienen que el grueso de la ayuda estadounidense a Colombia durante la década de 1990 ha ido a parar a unidades del ejército de Colombia que cuentan con todo un historial de abusos contra los derechos humanos, y cuya principal función es la guerra contra la insurgencia, no contra las drogas.29
En respuesta a los abusos contra los derechos humanos perpetrados por las fuerzas del ejército colombiano y sus aliados paramilitares, EE.UU. detuvo la ayuda militar a Colombia entre 1994 y 1997. Sin embargo, el Washington Post, en un artículo publicado en 25 de marzo de 1998, aseguraba que había desplegados 28 destacamentos de Fuerzas Especiales en 1996 "en base a una ley de 1991 que permite a las Fuerzas Especiales de EE.UU. recibir adiestramiento en suelo extranjero si el principal propósito del adiestramiento redunda en beneficio de las tropas estadounidenses."30 Cuesta imaginar que las Fuerzas Especiales de EE.UU. puedan ser "los principales beneficiarios" del adiestramiento contra insurgente que le pueda proporcionar el ejército colombiano con sus escasamente entrenadas, equipadas y motivadas tropas.
La Administración Clinton siguió sirviéndose de la ley de 1991 tras la restauración de la ayuda, porque no estaba sujeta a la masiva enmienda de la Ley de Apropiaciones y Operaciones Extranjeras, la cual tan sólo permite la recepción de la ayuda a las unidades del ejército de Colombia que respeten los derechos humanos. Tan contradictorias políticas han permitido a la Administración Clinton proyectar una imagen de firme defensor de los derechos humanos sin ver comprometido su apoyo a un estado represivo.
Es más, los oficiales y soldados del ejército colombiano reciben adiestramiento regular en la Escuela Militar de las Américas (School of the Americas) en Fort Benning, Georgia. Según Human Rights Watch: "Varios de estos oficiales eran estudiantes de la citada academia cuando su currículo incluía manuales de adiestramiento en los que se recomendaba a los soldados el recurso al soborno, el chantaje, la amenaza y la tortura contra la insurgencia."31 Muchos de los oficiales implicados en las violaciones de derechos humanos, incluido el susodicho Coronel Becerra Bohórquez, involucrado en las matanzas de La Honduras / La Negra y Riofrío, son antiguos alumnos de la Escuela de las Américas.
Otro de los aspectos trágicos del conflicto ha sido el dramático incremento de las operaciones de "asesinatos de limpieza social" cometidos por los paramilitares. La misión de muchas organizaciones paramilitares hoy incluye una purificación "moral" de la sociedad colombiana, con la "aniquilación física de los adictos a las drogas, exconvictos, ladrones de poca monta y delincuentes, prostitutas, homosexuales, indigentes y niños abandonados a su suerte en las calles."32
Entre 1989 y 1993 se dieron 1.926 casos documentados de limpieza social llevados a cabo por los escuadrones de la muerte o asesinos familiarmente conocidos como los "sicarios." Muchos de estos asesinos proceden de las filas de la juventud urbana desempleada que se está viendo cada vez más marginada a consecuencia del deterioro que sufre la economía colombiana. Irónicamente, una vez que sus contratantes consideran que saben demasiado, estos jóvenes asesinos pasan a constituir el objetivo de los recién reclutados sicarios.
En su ensayo, "The Possibilities for Peace," (Las Posibilidades de la Paz) Arturo Alape ilustra el nivel de violencia actual en Colombia: "En los primeros 11 meses de 1997, 23.532 personas murieron asesinadas -- un promedio de 70 personas asesinadas al día. Con un total de 185 matanzas de carácter político solo en 1997, Colombia figura en las organizaciones pro derechos humanos como uno de los violadores más atroces de dichos derechos del planeta."33
Las matanzas políticas y de limpieza social no son las únicas consecuencias trágicas del conflicto: Colombia es actualmente el líder global en secuestros con 1.658 casos en 1998;35 se calcula en más de 1.500 el número de personas "desaparecidas" por razones políticas durante la pasada década;36 y actualmente son más de un millón los refugiados integrales que se han visto obligados a abandonar sus hogares a raíz de la lucha.37

Los Estados Unidos y la Guerra contra las Drogas

La puesta al día de la capacidad militar de las FARC durante la pasada década ha dado como resultado un consiguiente incremento de la actividad militar, incluidos los abusos contra los derechos humanos. En 1985, las FARC solo controlaban 173 de las 1071 municipios del país, mientras que hoy controla 622.39 Para contrarrestar los avances de las FARC, Carlos Castaño, quien se convirtió en líder de la ACCU tras la desaparición de su hermano en 1994, expandió su radio de acción paramilitar del ámbito regional al nacional en abril de 1997. Entonces cambió la denominación de las unidades de Autodefensa Campesina de Córdoba y Urabá (ACCU), para pasar a llamarlas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Las AUC iniciaron recientemente su actividad en las regiones del sur del país que han sido tradicionalmente fortalezas de la guerrilla.
En noviembre de 1998, el presidente Andres Pastrana procedió a la retirada de 2,000 soldados y policías de un área de 16.200 millas cuadradas en el sur de Colombia como paso previo a las inminentes conversaciones de paz con las FARC. La ofensiva paramilitar lanzada simultáneamente con las conversaciones se cobró la vida de 136 civiles en espacio de cuatro días. En respuesta, las FARC se retiró de la mesa de negociación aduciendo que los paramilitares eran un impedimento para el proceso de paz por lo que las negociaciones no podían continuar en tanto el gobierno no hiciera un verdadero esfuerzo para desmantelar los escuadrones de la muerte de extrema derecha. Las iniciativas de paz hechas a título individual por los diversos presidentes se han visto históricamente frustradas por la oligarquía, el ejército y los paramilitares, quienes se niegan a reconocer la legitimación de las reivindicaciones de los campesinos y la guerrilla.
Además el gobierno de EE.UU. sigue enfocándose en la solución militar en su "guerra contra las drogas," que ha llegado a asociarse virtualmente con la guerra contra las guerrillas. Al referirse continuamente a las guerrillas como "narco-guerrillas" o "narco-terroristas" y asociarlas al tráfico de drogas, la Administración Clinton está falseando gravemente un conflicto que lleva cincuenta años profundamente enraizado en las desigualdades políticas, sociales y económicas tan predominantes en la sociedad colombiana. Incluso la Agencia estadounidense contra las Drogas reconoce que "las FARC no están implicadas en el tráfico internacional de drogas. Es más bien uno de los tantos actores implicados--incluidos elementos de las fuerzas armadas de Colombia y las organizaciones paramilitares--en el lucrativo mercado de la droga."40
En 1998, el Congreso de los Estados Unidos concedió a Colombia una ayuda de 290 millones de dólares para la lucha contra la droga, con el fin de ser utilizados en el siguiente trienio. El grueso de esta ayuda se destinó a la compra de helicópteros y armamento para los cuerpos del ejército y la policía para su utilización en sus proyectos de erradicación de coca. Solo 45 millones de esa ayuda fueron designados a programas de cultivo alternativo. En este mismo año, el gobierno de EE.UU. empezó a presionar al gobierno colombiano para que aprobara el uso del herbicida Tebuthiuron, un agente químico extremadamente potente que extermina prácticamente todo aquello con lo que entra en contacto.
Incluso Dow Agro Sciences, la empresa que manufactura el agente, asegura que el herbicida no es apto para su uso masivo en la erradicación de coca: "El Tebuthiuron no está indicado para su uso en la erradicación de cultivos en Colombia, y confiamos en que no se utilice para la erradicación de cultivos ilícitos. Puede ser altamente peligroso en situaciones en las que el territorio es montañoso y donde la lluvia sea abundante, exista vegetación saludable en las cercanías, y siempre que no se respeten las circunstancias y condiciones mínimas de utilización."41 Esta descripción geográfica define a la perfección el terreno de las selvas montañosas en las que se cultiva la mayor parte de la coca en Colombia, donde EE.UU. pretende rociar el herbicida desde gran altura, en lo que se puede denominar "más que deficientes circunstancias." El gobierno colombiano, debido a su recelo ambiental, se ha negado hasta la fecha a ceder ante la presión de EE.UU. en lo referente al Tebuthiuron.
La actual estrategia de apoyo de EE.UU. a una de las fuerzas militares más represivas del hemisferio, en su cruzada contra las guerrillas y los campesinos que cultivan la coca, ignora prácticamente las realidades económicas que obligan a los empobrecidos campesinos a la producción de la coca.. En una entrevista reciente el comandante supremo de las FARC, Manuel Marulanda (alias "Tirofijo"), aseguró que su organización podría erradicar la producción de coca en un periodo de tres a cinco años.
Para probar la viabilidad de su afirmación, Marulanda afirmaba que, de contar con la ayuda económica del gobierno y las organizaciones internacionales, le sería posible hacerse del control de un municipio para erradicar la producción de coca, mediante la institución de un programa de sustitución de cultivos.42 Al margen de la viabilidad de las afirmaciones de Marulanda, está claro que la estrategia de erradicación de los cultivos de coca de los EE.UU., sin proporcionar a los campesinos alternativas viables, ha sido un fracaso a la hora de atajar la producción de coca.

Conclusión

Desde hace cincuenta años las FARC y sus predecesores aseguran estar luchando por la reforma agraria y la justicia social para la población campesina de Colombia. Las FARC se han convertido en una poderosa fuerza militar de entre 15.000 y 20.000 militantes, que controla aproximadamente el 40% del país. Un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU. (DIA) publicado en noviembre de 1997 "concluía que las Fuerzas Armadas de Colombia se podrían ver derrotadas en espacio de cinco años, a menos que el gobierno del país recobre la legitimidad política y sus fuerzas armadas se reestructuren de arriba abajo."43

El Zar antidrogas estadounidense, el General Barry McCaffrey se hizo eco de las conclusiones del informe de la DIA cuando recientemente aseguró que la democracia colombiana se está viendo seriamente amenazada por el creciente poder de las guerrillas.44 Tal tipo de declaraciones le llevan a uno a pensar que el concepto de "democracia" de McCaffrey implica: el "mantenimiento" de un orden social bajo un estado de sitio militar; la impunidad de las fuerzas paramilitares que regularmente masacran a la población civil; el asesinato rutinario de los candidatos políticos de la oposición a las elites conservadoras y liberales; un sistema judicial paralizado presa del miedo; y una población civil cuyo medio económico principal para la supervivencia sea la producción ilegal de coca. En efecto, si la elite política, económica y militar, con la colaboración de los paramilitares, continúa reprimiendo una auténtica reforma democrática, el ocaso de la "democracia" colombiana puede ser irremediable.

ACTIVIDAD

Después de haber realizado la lectura realice:

1. mapas conceptuales de 

La Violencia y el Frente Nacional

La Proliferación de los Grupos Guerrilleros

Las FARC y el Auge de la Coca

La Proliferación de Organizaciones Paramilitares

2. Cuadros sinopticos

Los Estados Unidos de América y los Paramilitares

Los Estados Unidos y la Guerra de las Drogas

Conclusión

PREPARE DE LA LECTURA ( LA EVALUACION )

NOTA MAPAS CONCEPTUALES Y CUADROS SINOPTICOS EN HOJAS EXAMEN

miércoles, 9 de septiembre de 2015

PELICULA LA OLA

ACTIVIDAD

1. ELABORE UN RESUMEN SOBRE LA PELÍCULA
2. EN UN OCTAVO DE CARTÓN PAJA ELABORE UNA CARICATURA SOBRE LA TRAMA DE LA PELÍCULA

ENLACE `PARA VER LA PELÍCULA



http://www.cinefox.tv/la-ola

jueves, 3 de septiembre de 2015

grado 1101

PATRON ORO

El patrón oro es un sistema monetario que fija el valor de la unidad monetaria en términos de una determinada cantidad de oro. El emisor de la divisa garantiza que pueda dar al poseedor de sus billetes la cantidad de oro consignada en ellos. Una alternativa es el patrón bimetálico, en el que la moneda está respaldada por una parte de oro y otra de plata.
Históricamente, la vigencia del patrón oro imperó durante el siglo XIX como base del sistema financiero internacional. Terminó a raíz de la Primera Guerra Mundial, puesto que los gobiernos beligerantes necesitaron imprimir mucho dinero fiduciario para financiar el esfuerzo bélico sin tener la capacidad de respaldar ese dinero en metal precioso.
Durante los Acuerdos de Bretton Woods, se decidió adoptar el dólar estadounidense como divisa internacional, bajo la condición de que la Reserva Federal (el banco central de ese país) sostuviera el patrón oro. Pero a partir de 1971, el mismo se quiebra definitivamente, por lo que el valor del dólar pasa a sostenerse exclusivamente en la confianza que le dan sus poseedores.

Funcionamiento teórico del movimiento

El patrón oro, o gold system, es un sistema monetario característico del siglo XIX en el cual el valor de la moneda de un país era totalmente convertible en gramos de oro, dado que los Bancos Centrales tenían la obligación de su conversión cuando un ciudadano lo demandara. Es decir, se podía reclamar el cambio de los billetes a oro. Además, existía la libre circulación de capital, o lo que es lo mismo, los individuos tenían la posibilidad de exportar e importar capitales en oro, pero representados en papel moneda, difícilmente en metálico.1 El patrón oro estuvo en vigencia técnicamente hasta la Primera Guerra Mundial, dado que las presiones de la guerra sobre la economía hizo que todos los países europeos imprimieran más billetes que los que sus reservas de oro podían respaldar. Gran Bretaña, el país insignia de este patrón y quien le dio solidez como medio seguro de transacción lo abolió en 1931.

El sistema del patrón oro fue por primera vez modelizado por David Hume en 1752, trabajo que es catalogado como el primer modelo de equilibrio general en economía. En líneas generales indica que cuando un país, por ejemplo Gran Bretaña, incurre en déficit comercial con otro, supóngase Francia, oro de la economía británica será trasladado hacia la francesa. Ello produce que la oferta monetaria, oro, en Gran Bretaña disminuya, por lo que sus precios también disminuirán. Por el contrario, en la economía francesa habrá mayor oferta monetaria, resultando en un aumento de sus precios. Estos cambios significan que los productos británicos se abaratan en los mercados internacionales mientras que los franceses se encarecen. Como resultado, Gran Bretaña aumentará sus exportaciones y Francia disminuirá las propias, haciendo que los flujos de oro se reviertan y que, teóricamente, se llegue a un punto de equilibrio en las ofertas monetarias de ambas economías.

Sin embargo, pronto el modelo de Hume se quedó corto en la explicación del funcionamiento real del sistema, principalmente por cuatro razones: la primera es la poca participación del sistema bancario en la explicación teórica; la segunda, por la omisión de las tasas de interés; la tercera, por la omisión de los flujos internacionales de capital; y la cuarta, porque en la realidad los flujos de oro entre países eran muy reducidos pues una vez que los bancos centrales habían puesto el oro importado en sus reservas éstos en rarísimas ocasiones estaban dispuestos a transferirlo a otros bancos.

Fue la Comisión Cunliffe, encargada por el gobierno británico de abordar los problemas monetarios después de la Primera Guerra Mundial, la que sofisticó el modelo de Hume. El modelo llega al equilibrio de la misma forma que el de Hume, pero entre los agentes individuales lo que se transfiere es papel moneda y el oro únicamente se transfiere entre los bancos centrales de los países. Éstas instituciones toman un rol fundamental, dado que, como ya se dijo, el oro no solía fluir abundantemente de una economía a otra. Cuando los bancos centrales observaban un creciente déficit comercial, en vez de girar oro al banco central de la economía con superávit –es decir, aquella con la que se sostenía el déficit–, reaccionaban disminuyendo la oferta monetaria para bajar los precios y hacer las exportaciones más competitivas. De este modo, los bancos centrales se adelantaban a la demanda del oro adeudado a la otra economía y mantenían el equilibrio. De este modo se explica teóricamente cómo se retorna al equilibrio sin mayores transferencias de oro.

Operativamente hablando, los bancos centrales utilizaban varios instrumentos de mercado para extraer excedentes monetarios de la economía. Entre ellos estaba la emisión de bonos de deuda pública, en el que se captaba del público dinero en efectivo a cambio del pago de intereses en el futuro. Otro era la tasa de descuento, que consistía en la compra de deuda privada con vencimiento a corto plazo a cambio de una comisión sobre el interés. Es decir, si un comerciante tenía una deuda con un banco privado a tasa de interés del 5% con vencimiento de 90 días, el Banco Central ofrecía comprar esa deuda al banco privado antes de la fecha de pago, ofreciéndole el capital más una fracción de los intereses, volcando papel moneda en la economía. Cuando el Banco Central de un país tenía señales de déficit comercial, cambiaba la tasa de descuento de modo que los bancos privados no encontraran suficientes incentivos para hacer efectivo sus papeles de deuda.

El sistema monetario Patrón Oro fue abandonado durante los años posteriores a la Gran Depresión de 1929 para evitar que precios y salarios descendieran en respuesta a una reducción generalizada de la demanda global, de modo que los ajustes recayeron sobre la cantidad de empleo total. En estas condiciones se consideró "menos doloroso" (en lo inmediato) la depreciación del tipo de cambio (es decir el abandono del patrón oro puro) para abaratar así las exportaciones. Esto evitaba la reducción de los salarios, especialmente porque la presión de los sindicatos impuso en cierto modo este tipo de política. Y todo ello además sin tener en cuenta que todos los países, tarde o temprano, adoptarían la misma política, recurrir a la devaluación, con lo que la destrucción de empleo durante años fue inevitable.
El patrón oro era un sistema monetario internacional que no podía funcionar sin la cooperación de los países que lo adoptaban. Mientras funcionó impidió que las naciones llevasen a cabo políticas aislacionistas que disminuyen el comercio internacional y tienden a producir estancamiento. Después de su colapso surgieron rápidamente políticas nacionalistas discriminatorias, en particular devaluaciones recurrentes y un fuerte proteccionismo, que restringieron el comercio multilateral y ahondaron la crisis de los años treinta. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial se intentó restaurar la coordinación entre las políticas monetarias de los diversos países y la libertad de comercio internacional mediante la creación de organismos como el GATT, el FMI y el Banco Mundial, estos dos últimos resultado del consenso de Bretton Woods.

El patrón oro en la historia económica

Aunque existieron muchas ocasiones a lo largo de la historia en que el oro fue dinero, cuando hablamos del patrón oro nos estamos refiriendo al imperio de este sistema que tuvo lugar en occidente durante el siglo XIX y que tuvo su apogeo entre 1872 y 1914.
Algunos historiadores fijan la aparición del patrón oro en Inglaterra, cuando Sir Isaac Newton, en 1717 incluyó, en un ensayo sobre el sistema monetario, una proporción de oro a plata que definía una relación entre las monedas de oro y el penique de plata que iba a ser la unidad de cuenta estándar en la Ley de la Reina Ana de Gran Bretaña. De todas formas, es más comúnmente aceptado que un verdadero patrón oro requiere que haya una fuente de billetes y moneda de curso legal, y que esa fuente esté respaldada por la convertibilidad al oro. Dado que ese no era el caso durante el siglo XVIII, el punto de vista generalmente aceptado es que Inglaterra no estaba bajo el patrón oro en ese momento.
La adopción internacional del sistema fue gradual, y aportó una gran estabilidad a la situación financiera mundial debido a que proporcionaba una inflación insignificante y un tipo de cambio fijo que era una bendición para el comercio internacional. En ese clima de tranquilidad, la prosperidad generalizada es casi inevitable, y así se mantuvo durante el siglo XIX, desde las Guerras Napoleónicas hasta la Primera Guerra Mundial.

El fin del Patrón Oro

Existen muchas teorías sobre la desaparición del Patrón de Cambios Oro y, en definitiva, del Patrón Oro. Una explicación consiste en afirmar que el derrumbe de las instituciones implicó el fin del sistema.7 Las especiales instituciones de la época provocaron no sólo que el sistema se viniera abajo, sino que se transmitiera la deflación y la depresión a todo el mundo. El final del sistema del Patrón Oro se debió, en parte, al abandono de las instituciones y a la falta de organizaciones capaces de imponer su cumplimiento y de realizar el ajuste que la economía mundial necesitaba.
Los países «periféricos» estaban obligados a operar con las reglas del Patrón Oro, pero sin cooperación de los Bancos Centrales del «centro». Este hecho implicaba que los costes de funcionamiento para dichos países fueran mucho mayores. Por esa razón, iniciaron el uso de las monedas reserva. Pero ello provocaba que si en los momentos de crisis los países del centro no apoyaban a los periféricos, estos no tenían más opción que sufrir las consecuencias o salirse del sistema. Ésta es la disyuntiva a la que se enfrentaron los países a partir de 1929.
Esa utilización de las monedas reservas les da credibilidad y confianza. Ésta última era insuficiente, como fue el caso para el dólar en la década de 1960. A diferencia de la credibilidad, la confianza es algo más objetivo, en el sentido de que se pueden medir las reservas de los bancos centrales y conocer el grado de respaldo; mientras que la credibilidad es algo más abstracto, más en el terreno de la fe; y por tanto de las instituciones. Los países de moneda clave se vieron obligados a adoptar medidas deflacionistas como consecuencia de esas retiradas durante la crisis de los años treinta.
Otra de las modificaciones fue la ausencia de un liderazgo hegemónico. Esto no significa que no existiera ningún país con suficiente poder económico en el mundo. Al contrario, seguramente el problema es que había en 1929, como mínimo, dos: Gran Bretaña y Estados Unidos. No obstante, ninguno de los dos se encontraba en su momento de mayor esplendor económico. Gran Bretaña iniciaba su decadencia como potencia mundial mientras Estados Unidos empezaba su ascensión. Este hecho, junto a la especial configuración de la estructura económica de principios del siglo XX, implicaba que no había un director de orquesta del sistema internacional.

Durante los Acuerdos de Bretton Woods, en los que surgieron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, el economista John Maynard Keynes propuso instaurar una divisa internacional, el Bancor. Sin embargo, se decidió adoptar el dólar estadounidense para dicha finalidad, siempre que la FED sostuviera el patrón oro. Varias de las economías del mundo comenzaron a desarrollarse, con EEUU a la cabeza, bajo condiciones de estabilidad y crecimiento entre 1944 y 1971. En este período, EEUU se consolidó como la principal potencia mundial, y allí se conoce a esta etapa como la "Edad de oro" o "Los 30 maravillosos años". A partir de 1971, EEUU abandona el patrón oro, y por lo tanto el valor del dólar pasa a sostenerse exclusivamente en la confianza que le dan sus poseedores.

                ACTIVIDAD


1.   CUADRO SINOPTICO CON 15 IDEAS PRINCIPALES 
2. REALICE 10 PREGUNTAS CON RESPUESTAS 
3  POR MEDIO DE UNA HISTORIETA REPRESENTE EL PATRON ORO EN LA HISTORIA ECONOMICA