sábado, 13 de junio de 2020

EL RESULTADO DEL CONFINAMIENTO EN LA SALUD MENTAL DE LOS JOVENES COLOMBIANOS

EL RESULTADO DEL CONFINAMIENTO EN LA SALUD MENTAL DE LOS JÓVENES COLOMBIANOS 

 La preocupación de los padres de familia que han podido identificar en sus hogares el incremento de la ansiedad, estrés postraumático y depresión de sus hijos por no poder ver a sus familiares de manera presencial, por no poder regresar a los colegios y por confinamiento por COVID 19. 





Incluso los profesionales en la salud mental piensan y ponen en conocimiento que el trastorno será igualmente tan fuerte como la pandemia actual. Cerca de 860 millones de niños en todo el mundo, nuestros estudiantes colombianos terminaron su jornada escolar y a la mañana siguiente no pudieron regresar a la escuela, regresar a sus escuelas de formación deportiva, jugar con sus amigos, visitar a los abuelos y familiares ni practicar ningún tipo de recreación al aire libre. 



Mientras en los medios de contaminación la noticia es el número de infectados y muertes a nivel local y mundial. La preocupación actual es como reactivar los sectores económicos, pero pocos sean interesados en lo que pasa por las cabezas de nuestros estudiantes ante esta situación. Los problemas de la salud física que se abordaban como el sobrepeso y obesidad son poco analizados por los dirigentes actuales y los problemas de salud mental por el confinamiento han crecido de forma silenciosa. Aunque todavía no ha pasado suficiente tiempo para predecir las secuelas psicológicas que provocará la pandemia, algunos expertos hablan ya de una “cuarta ola” sanitaria. Si la primera ola fue la avalancha de enfermos por covid-19 en los hospitales, la segunda y tercera oleadas serán los pacientes de otras patologías urgentes o crónicas que requerían atención médica y fue pospuesta por la pandemia. La cuarta ola correspondería a una segunda epidemia, de trastornos de salud mental, que convertirá las listas de espera en situaciones límite. 
https://gacetamedica.com/profesion/secuelas-psicologicas-pandemia-nos-preparamos-para-la-cuarta-ola-los-problemas-sobre-la-salud-mental/



Lo que conlleva un evento traumático masivo, como puede ser una pandemia, pero lo hemos observado también en atentados del narcotráfico en Colombia y grandes catástrofes naturales, es un trauma agudo, que pueden experimentar niños, jóvenes y adultos. Que no presenten síntomas ahora no significa que no aparezcan en los próximos meses. Los niños están sometidos a un peligro invisible que provoca muertes, en una situación de extrema gravedad, inesperada, impactante, que provoca una reacción normal del organismo a nivel psicológico, y que ya están registrando las encuestas de los primeros estudios que intentan medir cómo está afectando la pandemia a la salud mental. 



En los diferentes barrios, ciudadelas o conjuntos los jóvenes ya están saliendo a realizar diferentes actividades de ocio. Frente a la amenaza que es el COVID 19 la frase más común de nuestra población es “tenemos que aprender a vivir con el virus” la población estudiantil lleva más de dos meses encerrada sin poder compartir con sus amigos, algunos han contraído la enfermedad y han tenido que ser aislados hasta de su propia familia. En los casos más fuertes han sufrido la muerte de algún conocido o familiar y no han tenido la posibilidad de elaborar un duelo, despedirse, o puedo acontecer que sus padres hayan perdido su empleo y cambiar todos los planes a corto y mediano plazo. 

 El entorno de nuestros jóvenes está cambiando de manera radical las relaciones al interior de las familias están en crisis, los padres tienen muchos problemas que afectan su estado emocional y la manera de relacionarse con los demás y esto trae consigo muchas consecuencias para la salud mental de nuestros jóvenes. Para nadie es un secreto de que el mayor miedo en la actualidad es contraer el virus y que este llegue a los hogares y tenga consecuencias fatales. 


Otro riesgo es la desinformación que se presenta en nuestra sociedad unos medios controlados por grandes grupos económicos que manipulan la información en beneficio de los intereses de una clase dirigente que poco o nada le interesa un pueblo empobrecido a través de los años. Los conocimientos que tiene nuestra población para poder contrastar fuentes es precario y los jóvenes viven en medio de redes sociales que poco contribuyen a la causa en consecuencia a lo anterior se genera una mayor depresión, ansiedad, por ello lo más conveniente es reducir los contenidos tóxicos de noticieros y diarios amarillistas. 


Otra variable que toca analizar es el miedo “al otro” las personas asumen posturas extremas se puede mencionar que frente a la medida del distanciamiento social la gente en la calle desconfía del otro (se cambia de sitio en el transporte público, busca espacios solitarios, cambia de lado en las vías, corre en espacios públicos, grita, usa un vocabulario inapropiado en fin el otro que este bien alejado). ¿Sobre qué base se construyen las nuevas relaciones sociales en el futuro? una nueva realidad donde la gente sin conocerte te aleja. Esto genera depresión en los niños que hasta ahora están afianzando sus relaciones con el otro. En Colombia un país donde las normas son poco cumplidas los niños han permanecido en si casa en contra de su voluntad en tanto que los jóvenes después de 88 días ya por su propio criterio salen a espacios comunitarios como parques tiendas entre otros. 


Los padres de familia piden a los colegios el desarrollo de clases donde los niños se muevan o se ejerciten. Los resultados indican que la cuarentena impuesta por la covid-19 afecta psicológicamente a los niños. Aunque tienen gran capacidad de adaptarse a nuevas situaciones, parece que no tienen suficientes habilidades para hacer frente a la situación de confinamiento que vivimos en Colombia. Nueve de cada diez padres informaron de cambios en el estado emocional y conductual de sus hijos, en comparación con antes de la cuarentena. “Además, los hábitos también habían cambiado: el 25% de los niños comía más de lo habitual, el 73% de los niños usaba dispositivos electrónicos más de 90 minutos al día (en comparación con el 15% que lo hacían antes de la cuarentena) y solo el 14% de los niños practicaba 60 minutos de actividad física diaria, que es lo recomendable según la Organización Mundial de la Salud”, abunda Orgilés. Los jóvenes con psicopatologías previas y niños institucionalizados, con medidas de protección de los servicios sociales, que vivían situaciones desfavorables previas de pobreza, violencia intrafamiliar, depresión o consumo de sustancias, son los más vulnerables. Si antes los jóvenes podían distraerse de los pensamientos negativos saliendo con amigos o practicando deportes o actividades culturales fuera del hogar, el confinamiento hizo que sus preocupaciones y sensación de aislamiento se multiplicaran. El trastorno de estrés postraumático suele estar ligado a un trauma vivido en primera persona por el niño, o un trauma vicario, cuando reflejan los traumas experimentados por sus padres, como pueden haber sufrido los profesionales sanitarios, (amenazas o señalamientos por el miedo al Covid -19 profesionales de la salud) por ejemplo. Se difiere porque aparece más tarde, con el paso de unos meses. Además de tristeza y ansiedad desproporcionadas, se experimenta visiones de eventos traumáticos, es decir, vienen recuerdos o flashbacks que les invaden y paralizan, hasta el punto de no poder seguir con su vida en ese momento. Provoca recuerdos invasivos, insomnio, irritabilidad, bloqueos emocionales, y conductas evitativas. Por ejemplo, niños que no quieren pisar la casa de sus abuelos fallecidos, porque le evoca recuerdos, o no quieren ni acercarse ni tocar el teléfono porque les impactó ver a su madre gritando y llorando cuando recibió una llamada sobre un familiar fallecido. Lleva tiempo y requiere ayuda profesional, los colegios tienen que adelantar diferentes estrategias a través de sus orientaciones escolares para diagnosticar y fortalecer la salud mental de los más jóvenes. 



En los medios de comunicación señalan que los padres en casa tienen que cumplir varios roles, docentes, enfermeros, recreador entre otros, pero la pregunta es hasta donde pueden abordar la salud mental de sus hijos, si la de ellos también se afectó con la pandemia. La tristeza, el miedo y la rabia son normales, pero si detectamos esas emociones muy intensas o prolongadas en el tiempo, la recomendación es hacer un alto en el camino y resisar la salud mental de los niños y jóvenes. Por ello nosotros en el trabajo con los niños y jóvenes tenemos que estar pendiente de:
  • Estado emocional
  • Fomentar la práctica del deporte 
  • Que interactúe con sus amigos 
  • Hablar con ellos de la realidad 
  • Establecer juegos de roles 
  • Desarrollo de la creatividad 
  • Escuchar música 
  • Fortalecer la parte espiritual 
Cuando se tenga una inquietud remitir a los profesionales de la salud mental para que ellos nos elaboren una ruta de trabajo a seguir. Hablamos de unas nueva normalidad y esta requiere una mayor preparación para atender la complejidad del ser humano.

FRANS DAVID IZQUIERDO
LIC. CIENCIAS SOCIALES